ALMOHADA 107: Ponerse en el lugar de demás

16 noviembre, 2006

Ponerse en el lugar de demás

Descubrir lo que realmente el otro necesita. “Déme todo el dinero. Todo el mundo está matando a todo mundo, así que no me importa matarlo a usted. Ni tampoco me importa que me maten. Te daría el dinero de todos modos, te lo daría porque lo necesitas. Cógelo y luego toma un tren a casa. Yo no informaré del robo. Pero el chico no lo tocó. “Lo digo en serio, coge el dinero y vete. No eres ningún criminal y no estás tan enfermo como para no poder curarte. Si lo coges no serás un ladrón. Tira el arma en alguna parte, así te sentirás mejor.”
Luego se tapó la boca con la mano temblorosa que había estado sosteniendo el arma: “Lo que tendría que hacer es pegarme un tiro”. “No digas locuras si quieres, deja el arma aquí conmigo. Sé cómo te sientes porque yo me he sentido igual. Los cementerios y las prisiones están llenos de buenos chicos con mala suerte. No son criminales. “No sé quién es usted, pero nadie me ha hablado nunca como me ha hablado usted. No quiero el arma y no quiero el dinero, y sí, me voy a casa. Vine hasta aquí gorreando el dinero y volveré gorreando.” Ven aquí y siéntate, el chico tiene tuberculosis. “Nada tiene sentido para mí. No me gusta la gente. No los quiero cerca de mí. No confío en ellos. Simplemente estoy cansado y harto y asqueado. No puedo darle las gracias lo bastante por lo que ha hecho usted y por la clase de ser humano que es usted, pero tengo que decirle que si usted me hubiera sido hostil le habría pegado un tiro. He entrado aquí con un arma para averiguar si usted era un hombre decente de verdad. Quería que fuera cierto, porque llevo años diciéndome: «Quiero conocer a un solo hombre no corrompido por el mundo para poder no estar yo también corrompido, y así poder vivir y creer.» No quiero nada más de usted. No me puede dar nada más... Asi se ayuda, aunque te parezca fantasía, pasó ne la vida real.
Cómo podemos ser una oportunidad para quien parece no "merecerla". Siempre es mejor no hacer juicios precipitados, ponernos en su lugar, dentro de sus sentimientos. Así se comienza a cambiar el mundo... (walking in my shoes)

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